domingo, 29 de marzo de 2009

ESTAMOS PASANDO UNA EPOCA RARA

Es difícil de definir la época social por la que estamos pasando. Existe una agresividad en todo el mundo que nos sorprende mucho a los especialistas. Asesinatos entre la gente joven, violencia de género, corrupciones, sistema político y financiero quebrantado, las personas cada vez buscan más la soledad… ¿ hacia dónde vamos ?.
Parece que la especie humana camina hacia una selección natural. Lo que se está observando que toda aquella persona que no puede tolerar semejante carga de agresividad del mundo exterior, acaba sucumbiendo. Los mecanismos de la mente, está preparados para recibir una cierta cantidad de energía displaciente o negativa. Frente a la realidad, uno puede dejar de ver las noticas desagradables que el telediario pone justo a la mañana o a la hora de comer. Nos levantamos y lo primero que vemos en el televisor es el número de muertos por las guerras, desgracias naturales, la bolsa desplomándose, etc.. por lo tanto, con semejante información lo más normal es comenzar el día con un estado de depresión que no hay quien lo levante en todo el día. Y si a esto le añadimos el nerviosismo general de los compañeros de trabajo, los amigos, etc… podemos decir que el ser humano, está expuesto a un estrés complejo de digerir. Hemos dicho que frente a las cosas horrorosas de la realidad, uno puede evitarlas, pero cómo puede una persona huir de sí misma? Cómo puede una persona huir de sus pensamientos, de sus miedos, de sus angustias, de sus temores, de su inseguridad..? Aquí radica el enorme problema que la mayoría de los seres humanos no tienen los mecanismos adecuados para hacer frente a las cosas de SU REALIDAD INTERIOR. Y todo este cacao que una persona tiene en su interior, la mayoría de las veces, lo resuelve enfermando mentalmente. De esta manera, con la enfermedad mental, se evita pensar en todo aquello que a uno le genera malestar. Podemos decir que muchos de los llamados trastornos de la personalidad, son maneras de huir de la realidad exterior e interior, pero para ello, hay que pagar un precio muy alto y es la enfermedad. Luego a la gente se la medica y así ni piensan ni sienten ni padecen. En una palabra, como vivir sin vivir o vivir muerto en vida. Es un momento raro. Si no nos damos cuenta que o cuidamos nuestra mente o enfermamos la vida, difícilmente se puede vivir.

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